Capitulo 13: Siniestro

Category:

Llevaba dos días sin saber nada de Cedric. Y aquello no me preocupaba en absoluto, más bien estaba preocupada por otra cosa. El… bebé. Mi bebé. Su bebé. Nuestro bebé.
            Podría estar pensando ahora mismo en cómo contarle a mi padre que estaba embarazada, aunque descubrí que la  que peor iba a sobrellevar la noticia era mi abuela, sobre todo porque iba a tener un nieto medio alemán. Su odio no era contra los alemanes, en realidad resultaba contradictorio. Odiaba a los nazis, pero el nazismo había desaparecido casi completamente.
 Esta noche pintaba mal. El cielo estaba nublado y juraría que antes… sonó un trueno. Ag.
            El teléfono sonó dos veces antes de que contestara. Me levanté y lo cogí.
            -¿Sí?-contesté tímidamente.
            -Hola, ¿podría ponerse Bethanie, por favor?
            -Eh… sí, claro. Yo soy             Bethanie, ¿quién habla?-pregunté desconcertada.
            -Mmm… ¿no me reconoces?-inquirió.
            -No. ¿Quién es?
            -Soy… soy… Cedric, Bethanie. Me parece casi pecado que no me reconozcas-me regañó.
            -Lo… lo siento. Estoy mal y encima, con esto de la tormenta…-musité.
            -Ah, entiendo-murmuró en un susurro casi ininteligible.
            -Bueno, eh… creo que debería irme-me despedí.
            -¿Por qué?
            -Estoy cansada-bostecé-Tengo mucho sueño.
            -¿Mucho?
            -Si, mucho-concluí-Adiós, Cedric.
            -Hasta mañana, cari… Bethanie.
            Le colgué. Ahora no podía pensar en otra cosa que en mi embarazo. No tenía tiempo para estúpidos líos amorosos. Soy idiota.
            En ese momento, sonó un trueno. El estruendo me recorrió todo el cuerpo, incluso zonas que ni siquiera sabía que existían. Solo una tormenta podía ser la liberación que estaba esperando. Solo eso.
            Cuando tienes una relación con una persona y le ocultas un secreto, es casi como estar a oscuras. Sientes que no estás siendo decente con él o ella y se forma una especie de barrera entre ambos. A oscuras, precisamente a oscuras era como estábamos Cedric y yo.
            La aparición de sus amigos había sido algo fugaz, pero no por ello normal. ¿Por qué me los había presentado? Según lo que me había contado, iban a estar por aquí una o dos semanas. Mañana supongo que no estaría con ellos, y puede que ni pasado mañana… No sé. La vida se te complica enormemente cuando estás embarazada.
            Encendí el ordenador. Tenía como nueve e-mails de Drake, y como me aburría los comencé a leer.
            Bethanie:
            Soy gilipollas. Perdón por haberte dicho en ese momento que estaba enamorado de mí, te he perdido para siempre. Lo siento mucho. Supongo que esa es mi frase favorita, pero contigo la cago muy a menudo. Lo siento, preciosa. Pero mis sentimientos hacia ti no los puedes cambiar.
Drake
Leí otro. Tenía que reconocer que Drake escribía de maravilla. Este era mucho más bonito, más romántico.
            Despiértame cuando acabe septiembre.
            Ese es el título de la canción que me recuerda a ti. Búscala en Internet. Nada, ni la distancia ni el tiempo podrán separarnos. Y mucho menos un chico que apareció en tu vida el otro día. Por favor, no me ignores. No me abandones. No me dejes. No me olvides. Yo nunca te ignoraré. Nunca te abandonaré. Nunca te dejaré. Jamás te olvidaré.
Drake
            Si Cedric escribiera así, si fuera la mitad de romántico… Eran polos opuestos. Drake era más fino y romántico, en cambio Cedric era más tacaño con sus sentimientos, pero más pijo. Abrí el siguiente. ¡Por favor! ¿De dónde había sacado mi amigo tanta poesía? ¿Tanta imaginación? ¡Le quiero! Pero por desgracia, no tanto como a Cedric. Nunca iba a poder estar tan enamorada como lo estoy de Cedric. Es el amor de mi vida. Los ojos se me llenaron de lágrimas.
 Última noche en la tierra.
 Lo mío no es como lo vuestro, lo que yo siento por ti viene de lejos. Lo vuestro, lo que Cedric siente por ti y tú por él, es transitorio. Os conocisteis el otro día. Eres la luna de mi vida, que me ilumina siempre que encuentro oscuridad. Vivo a oscuras, pero solo porque tú no quieres alumbrar mi camino. Te quiero.
Drake
Adorable. No quise seguir leyendo más correos, más bien me dispuse a escribir. Temía romper a llorar, y con esto del embarazo… bueno, lloras por nada. Lo pensé y comencé.
Drake:
La vida es una sucesión poco coherente de acontecimientos que forjan tu manera de ser. Supongo que la vida ha elegido a Cedric para completarme, creo que es él con el que puedo pasar toda mi vida. Estoy enamorada de él. Pero cuando pienso en ti, Drake, me entran remordimientos. Soy idiota, no sé cómo puedo vivir sabiendo que estoy haciéndote daño, que estoy matándote. Eso me duele, me mata. Pero al igual que tú, no puedo cambiar la realidad. Te quiero muchísimo, pero no estoy enamorada de ti.
La vida ha forjado mi forma de ser por medio de fuertes sensaciones. Podría hacerle caso a lo que me dice mi carácter, pero tengo que ser sincera, te lo mereces. No te quiero, pero si me dieras un poco de tiempo, yo… tal vez lo consiguiera.
                                                                                                          Bethanie
Le di a enviar. Drake tenía que saber todo lo que pasaba conmigo, que iba a estar ligada a una persona durante el resto de mi vida. Es extraño… es como si ya no quisiera estar con Cedric. Es como si no quisiera estar con nadie. ¿Por qué? Miré abajo, me miré a la barriga. Estaba un poco gordita ya, habían pasado algo más de dos semanas desde la fiesta.
-¿Serás tú quién me esté haciendo cambiar de opinión?-le pregunté. Sonreí y le acaricié-Estoy contigo-musité-Nada podrá separarnos. Te quiero.
Me acerqué a la ventana y observé el cielo. Estaba completamente nublado, y pude ver un rayo que… sí. Había colisionado con un poste de electricidad que quedaba muy cerquita de mi casa. El bosque de enfrente estaba como siempre, igual que siempre. Me senté en el alfeizar de mi ventana, como al principio, como siempre. Allí esperé para siempre, para toda la vida. 

Comments (0)